Denuncian que es «una estrategia» de los directores del complejo Mar Menor paraecharles y «cambiar el tipo de clientes»
J. P. P. MURCIA/ La Verdad
Cerca de sesenta familias usuarias habituales del camping Mar Menor, situado junto al aeropuerto de San Javier, están en pie de guerra. Se han atrincherado en las instalaciones y se niegan a abandonarlas pese a que la empresa les ha hecho llegar un escrito en el que se informa que dentro de dos días comenzarán unas obras de remodelación del camping. La dirección del complejo les promete que podrán volver el día 1 de julio, pero explica también que habrá cambios en algunas parcelas.
Por eso, muchos no están dispuestos a secundar la orden. «Llevo seis años viniendo; me he arreglado una parcela y ahora me dicen, justo cuando comienza el verano, que tengo que irme. Esto se podría entender el 1 de septiembre, pero no ahora, cuando hay gente que ha hecho inversiones y se ha arreglado la caravana de cara a las vacaciones», explica Miguel García, uno de los afectados.
«Nos hemos enterado hoy [por ayer] y nos dan tres días. Dicen que podremos volver el día 1, pero no creo que dé tiempo a terminar las obras, y además si regresamos será en otras condiciones. Es una estrategia. Pretenden hacer un nuevo tipo de negocio, más dirigido a jóvenes, a la vela y las motos de agua, y los que somos campistas puros y duros sobramos».
No está claro qué es lo que ocurrirá este viernes, cuando termina el ultimátum. Miguel y otros clientes aseguran que sólo se moverán de allí por la fuerza.
J. P. P. MURCIA/ La Verdad
Cerca de sesenta familias usuarias habituales del camping Mar Menor, situado junto al aeropuerto de San Javier, están en pie de guerra. Se han atrincherado en las instalaciones y se niegan a abandonarlas pese a que la empresa les ha hecho llegar un escrito en el que se informa que dentro de dos días comenzarán unas obras de remodelación del camping. La dirección del complejo les promete que podrán volver el día 1 de julio, pero explica también que habrá cambios en algunas parcelas.
Por eso, muchos no están dispuestos a secundar la orden. «Llevo seis años viniendo; me he arreglado una parcela y ahora me dicen, justo cuando comienza el verano, que tengo que irme. Esto se podría entender el 1 de septiembre, pero no ahora, cuando hay gente que ha hecho inversiones y se ha arreglado la caravana de cara a las vacaciones», explica Miguel García, uno de los afectados.
«Nos hemos enterado hoy [por ayer] y nos dan tres días. Dicen que podremos volver el día 1, pero no creo que dé tiempo a terminar las obras, y además si regresamos será en otras condiciones. Es una estrategia. Pretenden hacer un nuevo tipo de negocio, más dirigido a jóvenes, a la vela y las motos de agua, y los que somos campistas puros y duros sobramos».
No está claro qué es lo que ocurrirá este viernes, cuando termina el ultimátum. Miguel y otros clientes aseguran que sólo se moverán de allí por la fuerza.
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