Los precios de un apartamento en el mes de agosto en la costa murciana han bajado de los 2.100 euros del verano pasado, en zonas como el Mar Menor, a 1.800 por la crisis.
M. J. G. / EFE Alquilar un piso de 65 metros cuadrados en La Manga del Mar Menor costará en el mes de agosto 300 euros menos que el verano pasado, según el estudio sobre los precios de los alquileres que ha elaborado la sociedad de tasación Tecnitasa. El informe revela que los precios de los arrendamientos han caído este verano en torno al 10% en la costa española, incluso en los destinos más caros.
El precio de los alquileres en la Región oscila entre los 1.600 euros de Santiago de La Ribera y los 1.800 de La Manga y de Águilas. En el Puerto de Mazarrón rondan los 1.700 euros, según los datos de Tecnitasa.
Veranear en un apartamento de primera o segunda línea de La Manga cuesta este año 300 euros menos, debido a la caída de la demanda que ha originado la crisis económica. A la falta de recursos de las familias españolas que habitualmente buscan una casa en la costa para pasar las vacaciones se une este año la salida al mercado de un buen número de viviendas en venta que no han encontrado comprador.
Esto hace que los carteles anunciando casas en alquiler se multipliquen a lo largo de la costa y que muchas de las viviendas que en años anteriores estaban ocupadas prácticamente todo el verano se queden desocupadas ahora.
Alquilar en Marbella cuesta en torno a los 1.800 euros, lo mismo que en La Manga, pero los precios suben hasta los 3.000 euros en poblaciones como Benalmádena o Puerto Banús. Pero La Manga no es la única población costera que ha visto reducirse el precio de las casas de veraneo.
También Aguadulce o Roquetas de Mar, en Almería, han tenido que reducir los precios para conseguir inquilinos en el mes de agosto.
Los precios más bajos pueden encontrarse en la población coruñesa de Fisterra, donde es posible encontrar un piso de 80 metros por 1.000 euros. También en El Grao de Castellón se puede encontrar un apartamento por 1.000 euros. En Torrevieja, un apartamento de 65 metros cuadrados saldría por 1.100 euros.
Sin embargo, los precios no han descendido en la costa asturiana, que ha logrado mantener la demanda de los veraneantes sin incrementar la oferta de casas en alquiler.
Un apartamento en Gijón costará este mes de agosto unos 2.500 euros. Por el contrario, los pisos se han encarecido en poblaciones como Nerja, en la costa malagueña, donde han subido de 1.544 euros a 2.250 euros.
El turismo rural cae un 10%
En vacaciones también hay quien se decanta por el turismo rural, un sector que ha experimentado un 10% de caída en la ocupación durante la primera quincena de julio con respecto al pasado año, según informó ayer Francisco Carreño, secretario de la Asociación de Turismo Rural de Murcia (Noratur).
Esta cifra, según Carreño, no cumple las expectativas que los empresarios del sector tenían para este verano, ya que preveían que el turismo rural iba a ser una alternativa real al turismo de sol y playa, debido a que "su coste es menor para el cliente". No obstante Noratur confía en que "pronto" se produzca un cambio de tendencia ya que, al igual que en el resto de sectores, las reservas se realizan con menos tiempo de antelación. Carreño también puso de relieve que "a la hora de hablar de ocupación, conviene recordar que en la Región existe un tipo de turismo rural no legalizado que merma los ingresos del sector" y ha asegurado que la oferta de establecimientos rurales en la Región es "suficiente".
El secretario de Noratur lamentó que este sector adolezca de "una falta de reconocimiento social a la labor de conservación del entorno y de las actividades propias del medio rural, como la agricultura".
El precio de los alquileres en la Región oscila entre los 1.600 euros de Santiago de La Ribera y los 1.800 de La Manga y de Águilas. En el Puerto de Mazarrón rondan los 1.700 euros, según los datos de Tecnitasa.
Veranear en un apartamento de primera o segunda línea de La Manga cuesta este año 300 euros menos, debido a la caída de la demanda que ha originado la crisis económica. A la falta de recursos de las familias españolas que habitualmente buscan una casa en la costa para pasar las vacaciones se une este año la salida al mercado de un buen número de viviendas en venta que no han encontrado comprador.
Esto hace que los carteles anunciando casas en alquiler se multipliquen a lo largo de la costa y que muchas de las viviendas que en años anteriores estaban ocupadas prácticamente todo el verano se queden desocupadas ahora.
Alquilar en Marbella cuesta en torno a los 1.800 euros, lo mismo que en La Manga, pero los precios suben hasta los 3.000 euros en poblaciones como Benalmádena o Puerto Banús. Pero La Manga no es la única población costera que ha visto reducirse el precio de las casas de veraneo.
También Aguadulce o Roquetas de Mar, en Almería, han tenido que reducir los precios para conseguir inquilinos en el mes de agosto.
Los precios más bajos pueden encontrarse en la población coruñesa de Fisterra, donde es posible encontrar un piso de 80 metros por 1.000 euros. También en El Grao de Castellón se puede encontrar un apartamento por 1.000 euros. En Torrevieja, un apartamento de 65 metros cuadrados saldría por 1.100 euros.
Sin embargo, los precios no han descendido en la costa asturiana, que ha logrado mantener la demanda de los veraneantes sin incrementar la oferta de casas en alquiler.
Un apartamento en Gijón costará este mes de agosto unos 2.500 euros. Por el contrario, los pisos se han encarecido en poblaciones como Nerja, en la costa malagueña, donde han subido de 1.544 euros a 2.250 euros.
El turismo rural cae un 10%
En vacaciones también hay quien se decanta por el turismo rural, un sector que ha experimentado un 10% de caída en la ocupación durante la primera quincena de julio con respecto al pasado año, según informó ayer Francisco Carreño, secretario de la Asociación de Turismo Rural de Murcia (Noratur).
Esta cifra, según Carreño, no cumple las expectativas que los empresarios del sector tenían para este verano, ya que preveían que el turismo rural iba a ser una alternativa real al turismo de sol y playa, debido a que "su coste es menor para el cliente". No obstante Noratur confía en que "pronto" se produzca un cambio de tendencia ya que, al igual que en el resto de sectores, las reservas se realizan con menos tiempo de antelación. Carreño también puso de relieve que "a la hora de hablar de ocupación, conviene recordar que en la Región existe un tipo de turismo rural no legalizado que merma los ingresos del sector" y ha asegurado que la oferta de establecimientos rurales en la Región es "suficiente".
El secretario de Noratur lamentó que este sector adolezca de "una falta de reconocimiento social a la labor de conservación del entorno y de las actividades propias del medio rural, como la agricultura".
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