viernes, 20 de marzo de 2009

Los daños por el viento y una ola de robos acosan a los agricultores de El Mirador

Denuncian medio centenar de asaltos a casas, explotaciones y coches en el último mes
ALEXIA SALAS SAN JAVIER/ La Verdad
Lo que no se lleva el viento se lo quedan los ladrones, se quejan los agricultores y los vecinos de la pedanía de El Mirador, en pleno corazón agrícola del campo de Cartagena y Mar Menor. El vendaval de hace una semana arrasó 40.000 metros cuadrados de invernaderos en la zona, lo que supondrá unos costes de unos 300.000 euros para los afectados, que calculan a 3,5 euros el metro cuadrado en gastos para recomponer los invernaderos y unos 4 euros en las plantas destruidas.
Se lamentan además de que las plantas se encontraban en plena producción y, en un plazo de 15 días, planeaban empezar a cortar pimientos para la primera venta. Entre las reparaciones y la replantación, en los 400.000 metros cuadrados dañados no se podrá obtener pimiento hasta julio, aseguran los agricultores.
«Intentamos repararlo lo antes posible, pero esto es una ruina para una explotación», asegura Mariano Torres Fernández, uno de los afectados, con 11.500 metros cuadrados de invernaderos derrumbados, casi un 12% de su explotación. «Esto me costará más de 70.000 euros dejarlo como estaba antes del viento», explica el propietario. Por delante le queda más de un mes de trabajo para recolocar los mástiles de hierro, clavados en cemento, que el vendaval dobló como si fuera un tallo, recomponer la estructura del invernadero y cubrirlo con plásticos. Después vendrá la replantación, el gasto en semillas, la mano de obra, los calefactores y los insectos que le aseguran la protección biológica ante las plagas. «Hay que añadir el gasto en desinfección por solarización, los costes de labrar y el agua», enumera el propietario.
El sindicato agrario COAG-IR presentará un escrito a la Consejería de Agricultura y Agua, con fotos y una grabación, para que comunicar los daños. «A vista de pájaro, se ven en la zona numerosos plásticos hundidos», explica el presidente local del sindicato, Emilio Martínez.
Robos en casas y coches
A pesar de la fuerza destructora del viento, lo que más preocupa a los vecinos de El Mirador son los robos, que sufren no sólo las explotaciones agrícolas sino las viviendas. En la oficina local de COAG-IR, guardan una abultada carpeta con las fotocopias de las denuncias del último mes, que rondan el medio centenar. De las explotaciones se llevan maquinaria, elementos de cobre y productos. De las casas, electrodomésticos y todo tipo de objetos. Incluso consta en una denuncia el robo de una pareja de jilgueros.
El temor ha cundido en el pueblo, donde se celebró una asamblea de vecinos el lunes a la que invitaron a la alcaldesa, Pepa García, que asegura que «la dotación de policías municipales y de guardias civiles en la zona ha aumentado considerablemente» y se muestra partidaria de «dejar trabajar a los profesionales». Afirma que «con el refuerzo de las plantillas, los vecinos podrán ver más presencia policial en el municipio». ha convocado una reunión de la Junta de Seguridad Local para el lunes 23.
Ya informaron a la regidora hace más de una semana sobre «los delitos contra nuestras propiedades y las amenazas de agresión que se repiten a diario, creando una situación de indefensión», según informan en la carta. Le comunican en el escrito que «en no pocas ocasiones, roban en los mismos locales varias veces en días sucesivos». Se quejan además de que «los robos se perpetran con mucha violencia, podemos constatar diversas agresiones, así que el malestar es muy profundo».
Esperan que el Ayuntamiento destine a la pedanía una patrulla rural que peine cada noche la zona agrícola para disuadir a los ladrones. Para la zona habitada, piden más presencia policial y un retén fijo de agentes que aporte tranquilidad a los vecinos.

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