ALEXIA SALAS SAN JAVIER/ Verdad
En el campo ahora se lleva lo pequeño. Las piezas mini, de reducido calibre, brotan ya de las matas en el campo del Mar Menor para que llegue a la mesa de los consumidores europeos tal como a ellos les gusta, en piezas individuales. Pronto para la cena habrá que servir una coliflor por persona o una col por barba, quizás dos para los más tragones, porque el Centro de Demostración y Transferencia Tecnológica de El Mirador, de la Consejería de Agricultura y Agua, experimenta la viabilidad de este tipo de hortalizas baby.
«Son la punta de lanza de la vanguardia en agricultura», explica el coordinador del centro, Pedro Mínguez Alcaraz. En el campo de ensayos al aire libre prueba el comportamiento de estos vegetales de moda, coliflores mini, col lombarda, lechuga romana, romanesco y col repollo de un bocado. Ya hay algún productor de la zona, de la llamada IV Gama, es decir, dedicado a las frutas y hortalizas lavadas y listas para el consumo, que las vende en paquetes de dos coliflores o dos calabacines redondos.
El verano promete además mini bocados vegetales: En Centro de Investigación comenzará en primavera a probar cultivos estivales tan relevantes en la zona como la sandía y el melón. La tendencia comercial impone también reducir los calibres del producto, de manera que no haya que partir la sandía para venderla mejor al consumidor, una práctica poco higiénica. Ensayan variedades con pocas pepitas de sandía negra triploide y variedades de melón Galia y Cantaloup.
Las mini hortalizas no son el único experimento del Centro de El Mirador, dirigido por la cooperativa formada por las tres entidades asociativas más destacadas de la zona, Hortamira, Gregal y San Cayetano. Representan a un colectivo de 364 agricultores, con lo que los resultados de los ensayos se transfieren al campo con rapidez. Competir en los mercados europeos obliga a no descansar nunca en la búsqueda de nuevos métodos, más rentables, seguros y saludables.
Pimientos a la moda
Hasta ahora, el mayor logro es, según el coordinador del Centro, Pedro Mínguez Alcaráz, «los nuevos métodos para desinfección de suelo y las nuevas variedades de pimiento». Con la ayuda de Adrián Sánchez Belmonte y de los técnicos de las cooperativas prueban en esta temporada 15 variantes de pimiento tipo California resistentes a los virus TSVW y PMMV, «el sida de la planta», según el técnico.
Los agricultores de la zona no quieren ni acordarse de la plaga que el año pasado asoló cultivos enteros. «Se contagia rápidamente entre las hojas y raíces en pocos días. No queda más que arrancarla», indica Mínguez. Un pimiento resistente al virus será el invento del siglo en el campo.
Las pruebas con pimiento cobran especial relevancia, ya que en la comarca costera se cultivan bajo invernadero unas 2.300 hectáreas, con una producción que llega a las 180.000 toneladas. Afinar los costes es la prioridad, por eso ensayan en invernaderos a diferentes temperaturas. «Un solo grado puede proporcionar más calidad y hay que saber si compensa el coste en energía», apunta Mínguez.
«Son la punta de lanza de la vanguardia en agricultura», explica el coordinador del centro, Pedro Mínguez Alcaraz. En el campo de ensayos al aire libre prueba el comportamiento de estos vegetales de moda, coliflores mini, col lombarda, lechuga romana, romanesco y col repollo de un bocado. Ya hay algún productor de la zona, de la llamada IV Gama, es decir, dedicado a las frutas y hortalizas lavadas y listas para el consumo, que las vende en paquetes de dos coliflores o dos calabacines redondos.
El verano promete además mini bocados vegetales: En Centro de Investigación comenzará en primavera a probar cultivos estivales tan relevantes en la zona como la sandía y el melón. La tendencia comercial impone también reducir los calibres del producto, de manera que no haya que partir la sandía para venderla mejor al consumidor, una práctica poco higiénica. Ensayan variedades con pocas pepitas de sandía negra triploide y variedades de melón Galia y Cantaloup.
Las mini hortalizas no son el único experimento del Centro de El Mirador, dirigido por la cooperativa formada por las tres entidades asociativas más destacadas de la zona, Hortamira, Gregal y San Cayetano. Representan a un colectivo de 364 agricultores, con lo que los resultados de los ensayos se transfieren al campo con rapidez. Competir en los mercados europeos obliga a no descansar nunca en la búsqueda de nuevos métodos, más rentables, seguros y saludables.
Pimientos a la moda
Hasta ahora, el mayor logro es, según el coordinador del Centro, Pedro Mínguez Alcaráz, «los nuevos métodos para desinfección de suelo y las nuevas variedades de pimiento». Con la ayuda de Adrián Sánchez Belmonte y de los técnicos de las cooperativas prueban en esta temporada 15 variantes de pimiento tipo California resistentes a los virus TSVW y PMMV, «el sida de la planta», según el técnico.
Los agricultores de la zona no quieren ni acordarse de la plaga que el año pasado asoló cultivos enteros. «Se contagia rápidamente entre las hojas y raíces en pocos días. No queda más que arrancarla», indica Mínguez. Un pimiento resistente al virus será el invento del siglo en el campo.
Las pruebas con pimiento cobran especial relevancia, ya que en la comarca costera se cultivan bajo invernadero unas 2.300 hectáreas, con una producción que llega a las 180.000 toneladas. Afinar los costes es la prioridad, por eso ensayan en invernaderos a diferentes temperaturas. «Un solo grado puede proporcionar más calidad y hay que saber si compensa el coste en energía», apunta Mínguez.
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