viernes, 8 de julio de 2011

San Javier se viste de tirantes y swing

Regresa el trompetista Wynton Marsalis, que representa el jazz impecable y la elegancia del clasicismo 

08.07.11 - 00:42 - 
Vuelve Wynton Marsalis a uno de sus puertos europeos. Su imagen y jazz impecables obligan a imaginarlo por la vida compuesto de tirantes y trompeta para cualquier situación. Cómo ver de otra manera al embajador del jazz, ganador de un Premio Pulitzer y de un Grammy, además de la Medalla Nacional de las Artes y de la Legión de Honor francesa. El compositor y trompetista de Nueva Orleans figura en lo alto de esas listas de los más influyentes que tanto gustan a los estadounidenses, a lo que contribuye su vertiente didáctica a través de la Lincoln Center Orchestra que dirige y en la que forma a jóvenes talentos. Ganador de 9 premios Grammy, ha compuesto piezas para ballet moderno y ha recuperado la historia de la esclavitud con su disco 'Blood on the fields'.
Detrás de tanto título y poder, para los amantes del jazz Wynton Marsalis es la elegancia del clasicismo, es disfrutar de su toque personalísimo y quedarse con sed de sus fraseos, y hasta de sus silencios. Lo mismo se disfruta a bocados de sus blues de medianoche, que de la imponente suite que ha dedicado a Vitoria, donde le han levantado una estatua. Su trompeta ha dado empaque y categoría al género Nueva Orleans, desde sus piezas de folclore carnavalero a las marchas funerarias. Es, en resumen, uno de esos jazzmen capaces de hacer adeptos fieles al género.
No le han faltado críticas a su excesivo hermetismo con el jazz clásico y su cierto mimetismo con Miles Davis, aunque Marsalis ha logrado un sonido propio, reconocible y tan lleno de talento como de conocimiento. Ese conservacionismo no le impide ofrecer conciertos memorables, aunque sin sorpresas. Escuchar a Marsalis es equivalente a paladear el exquisito bocado de algo mundialmente conocido, un talento del jazz en plenitud, sin aspavientos. Quien quiera emociones fuertes o innovadores del jazz puede elegir otro día del programa. Es noche de tirantes y el mejor swing dorado.
El público del concierto del viernes noche en Jazz San Javier puede dar por bien empleados los 25 euros de la entrada (20 para los abonados) ya que se podrán dar el festín de toda una big band como en pocas ocasiones. El maestro Marsalis pone a 14 músicos en escena, muchos de ellos genios adolescentes, que comparten grada con soberbios trombonistas y saxofonistas. La apabullante sección de viento, dirigidos por un Marsalis que se funde en el conjunto la mayor parte del tiempo, da palmas para seguir el ritmo o se lanza con algún valioso solo, no tiene precio. En total, el mayor de los Marsalis capitanea una big band de 4 trompetas, 5 saxofones, tres trombones, un piano, un contrabajo y una batería.
La legión de 'marsalisadictos' elegiría sin dudarlo un recital del trompetista de la sonrisa seductora más en solitario, más íntimo y personal, para saborear su virtuosismo durante la hora de directo, aunque acompañado con la Jazz at Lincoln Center Orchestra resulta todo un espectáculo que San Javier recibe por tercera vez, ya que en la primera visita de Marsalis vino con menos compañía. En esta ocasión llega con el proyecto 'Música de las décadas', un repertorio en el que interpretarán piezas emblemáticas de cada época del jazz.
Genio único
Hijo y hermano de músicos de jazz de primer orden se inició siendo niño con la trompeta. A los 18 años trabajaba con Art Blakey y Herbie Hancock. Lideró su propio quinteto, que más tarde amplió a septeto sin olvidar la composición y la tradición clásica a la que aplicó una generosa dosis de destreza y creatividad que han marcado su carrera.
Discos como 'Black Codes' o 'The Majesty of the Blues' le han situado como un genio único sobre todo ante aquellos que veían en Wynton Marsalis un nuevo Miles Davis, su gran influencia confesada junto a Freddie Hubbard. En la actualidad, Wynton Marsalis goza de un enorme prestigio en el mundo de la música a pesar de su juventud. Por San Javier ha pasado algún otro miembro de la familia Marsalis, como el trombonista Delfeayo, emblema también de un dorado clasicismo. Junto al padre Ellis, pianista, y el hermano Branford, saxofonista, han grabado memorables composiciones con aroma de Nueva Orleans. La familia es el nexo de unión de este clan que en 2009 se reunió para rendir homenaje al padre.
Son las raíces del trompetista más famoso del jazz actual, junto a las de Ducke Ellingotn y Louis Armstrong, entre otros, que en su última visita a Madrid se llevó varios minutos de aplausos. En su faceta investigadora del género, Marsalis ha colaborado con músicos tan dispares como Paco de Lucía, Chano Dominguez, Willie Nelson o Eric Clapton para indagar en el blues, el folk o los ritmos flamencos. Entre sus discos más aplaudidos, se encuentra 'Black codes (from the underground)' y 'Majesty of the blues', aunque ha grabado más de 50 discos. Destaca su magnífica serie titulada 'Standards time'.
Jazz vocal de Detroit
El jazz vocal llega al Festival en la primera parte de la noche con la cantante estadounidense Carla Cook, que estará acompañada en el escenario por el trio de Albert Bover, pianista español que ha trabajado con Art Farmer y Roy Hargrove, entre otros .
La cantante y compositora Carla Cook ha grabado 6 discos en los que ha colaborado con grandes músicos como Cyrus Chestnut, o su amiga, la violinista Regina Carter. Vocalista de amplio registro, Carla Cook trasciende el repertorio de los estándares del jazz norteamericano y lleva magistralmente al ámbito del jazz temas de rock, o R&B o cualquier otro estilo. Alejada del purismo, afirma cantar lo que le gusta y conmueve, otorgándole siempre, como sello de su estilo, un cierto toque de sofisticación y elegancia. El menú musical ofrece la noche del viernes ración doble de ritmos clásicos, con swing de las épocas doradas del jazz.

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